arte por libertad es un grupo de experiencias estéticas que se expresan desde el trabajo cotidiano de la pueblo organizado, desde el barrio Ludueña -Rosario- y, a la distancia, desde las mismas flores conectadas como hormigueros, en el sentimiento de igualdad y necesidad -no solo de resistir a un imperio- sino de destrozarlo y construir otro mudo posible.
arte por libertad
arte por libertad es un cojunto de experiencias estéticas gestadas de manera colectiva dentro de procesos de organización popular, por eso, encarnadas en el suceder del movimiento simbólico: entre los intoxicados tiempos de búsqueda de la sentida significación, entre las flores de los árboles o la imaginación de los pájaros en el cielo.
lunes, 10 de enero de 2011
arte por libertad es un grupo de experiencias estéticas que se expresan desde el trabajo cotidiano de la pueblo organizado, desde el barrio Ludueña -Rosario- y, a la distancia, desde las mismas flores conectadas como hormigueros, en el sentimiento de igualdad y necesidad -no solo de resistir a un imperio- sino de destrozarlo y construir otro mudo posible.
lunes, 24 de mayo de 2010
arte x libertad
La confianza en estos actores es lo que nos deja sacrificar la estética individual por el descubrimiento de una construcción colectiva, que incorpore todas las subjetividades. Se traduce en un grito, en un símbolo estético, y político donde nos identificamos recíprocamente en nuestras luchas.
Plasmamos esos símbolos como productos colectivos. Acompañando luchas por la dignidad del trabajo, por la soberanía alimentaria, por la distribución de la riqueza, por los derechos de los niños y en contra del hambre, por los derechos humanos, por los de nuestros pueblos originarios, por sus tierras y la conservación de su cultura. Por la libertad.
Nuestra propuesta artística comienza a construirse con un primer acercamiento en búsqueda de los protagonistas y sus motivos de lucha. Este primer momento tiene una duración variable y se ve sintetizado en las palabras de los actores. Llegar hasta el lugar y conocer a los protagonistas produce el primer encuentro.
Hay resistencia crece la esperanza.
Nuestra historia como grupo comienza en el “Bodegón Cultural: Casa de Pocho”. Claudio “Pocho” Lepratti, militante social del barrio Ludueña de Rosario asesinado en su lugar de trabajo durante la represión policial ocurrida en diciembre de 2001 en nuestro país.
La propuesta plástica se organiza en torno a un pedido de justicia que de a poco se fue transformando en una movida cultural que se estructuró sobre la casa en la que él vivía.
Siempre arraigada al corazón del barrio.
Luego el ejemplo de Claudio como hormiga que deja todo por la comunidad comenzó a caminar por las villas de nuestro país.
Siempre anduvo y aún sigue en su bicicleta ahora alada predicando, que “¡el invierno eterno no existe, si despertamos se va!” o que “podemos y debemos construir la primavera”. Pocho iba de casa en casa, de barrio en barrio, de joven a joven haciendo preguntas, entregando papelitos con actividades e invitando al encuentro y a formar grupos de jóvenes y niños -siempre alrededor de una escusa: juntarse a compartir un guiso.
Su trabajo con los niños nos inspiró a trabajar siempre con ellos. Apoyando la lucha del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo y su campaña “el hambre es un crimen” por distintos centros comunitarios que tiene la red en todo el país y acompañando sus marchas. Elaboramos murales y pudimos plasmar algunos de sus reclamos junto a los chicos y a los educadores que trabajan con ellos.
Los colores provocan. La alegría de los niños se contagia a todos, pero principalmente por nuestro proceso de primeros encuentros nos contagia a nosotros y las consignas se acompañan con murales festivos que modifican el paisaje tenso y gris de las villas miserias y los barrios pobres del cordón industrial.
Para nosotros esto es más que gratificante, también lo es llegar a estos centros comunitarios y descubrir que sus chicos ya saben de la historia de Pocho porque su bicicleta alada y él en forma de hormiga llegaron antes que nosotros.
aquí debajo, el día de
Una vez, entre hormigas que luchan por recuperar lo que es nuestro, oímos hablar de un Comandante: el “Che” Guevara.
Y… ¿cómo no ir a “la ruta del Che”, en Valle Grande,
El Gobierno cubano nos regaló la publicación de la estampilla donde aparece el ángel de la bicicleta entre otros íconos de la lucha Latinoamericana en el mural que pintamos en la escuelita donde mataron al Che, en Valle Grande, La Higuera, Bolivia.
martes, 21 de octubre de 2008
Los primeros trabajos
Creo que todos nosotros veníamos trabajando en las calles separados más o menos desde siempre, de forma individual o con otros grupos, y al juntamos en los carnavales del 2004 en el Ludueña compartimos más o menos la forma de trabajar, creo que ya estábamos dispuestos a dejar cada uno nuestra estética individual por una obra colectiva en la que cualquiera pueda participar. No sé bien como se fue dando todo pero arrancamos a pintar y trabajar constantemente juntos a partir de este último carnaval del 2008 y de ahí a unos meses nos dimos cuenta de que ya con la Flo y el Varón eramos un grupo que necesitaba incorporce a otros grupos para constituirse.
lunes, 3 de septiembre de 2007
Con Manu Chao en el Borda
Sobre todo espero que mostrar estas imágenes sirva para algo. Cambiar algo. A veces desvalorizamos mucho a quienes se cruzan con nosotros y estamos desaprovechando un rico encuentro lleno de una mirada diferente, en efecto es esa variedad de miradas las que hacen a las distintas culturas. No hay que guiarnos por las distintas estructuras de validación del sujeto dentro de su sociedad. Hay que buscar los mundos, mirar y reflexionar sobre nuestros encuentros.
Cuando llegue al hospital había gente que viajaba, conocía mucho más que yo de todo, y mucho de pocho.
A continuación el relato de un telón pintado en el hospital Borda que fue presentado en un recital de Manu Chao.
Fue una agradable y condensada experiencia que cambiaría la forma de ver la realidad a quien la hiciera. Anima a no tener más prejuicios, y ayuda a ver un poco esto de la estructura de la vida de las sociedades y de que el encierro en un hospital de salud mental esta más en lo que desde afuera se piensa sobre el manicomio, en la figura del loco más que en lo que se siente allí al no poder salir. Salir tiene que ver con no encontrar un espacio afuera, con ser un símbolo mudo.
Creo que a veces lo importante de una obra no esta en ser una representación fiel a la imagen de la realidad sino en hacer presente emociones y sentimientos u otras miles de cosas. La mente como una parte más de nuestro cuerpo es susceptible a enfermarse, pero el alma aparece al tener la necesidad de salir de esos muros sociales para existir como un alma que modifica existiendo mientras quiere ser modificada.
Parece que nadie puede decirse basta y cuando sale de una panadería con un postre de 20 $ dárselo al que está revolviendo la basura buscando que comer, y tampoco... nadie podrá decirle al otro: _“ey! somos iguales” e invitarlo a compartir hasta nuestra casa.
Los locos están ahí, en el imaginario colectivo y no en el hospital, como un ejemplo para que sigamos excluyendo, desvalorizando y argumentando con "cultura", "estudio", o "genética" quienes somos.
Otro mundo: graffiti con Mario
Solo nos pusimos a dibujar con unos aerosoles, Mario una capacidad creativa inacabable.
Como que ante cada situación que se le presentaba en su mente se desplegaba una ramificación de posibilidades de las más libres. Desconocía los códigos de encasillamiento, había una impermeabilización para ellos.
De forma azarosa pero la única para ese instante, el aerosol seguía por un camino, una rama, una línea, una vida
Otro mundo fue eso: la invención de una forma de seguir.
Jeringas de amor para Vero: con loquiyo, el turco, el brasilero, shaguer, lagrimita. dedicado a el 14-22
Fue un rato de ponernos a pintar sobre la pared que allí estaba todo el tiempo, frente al lugar de reunión, de cachuña y de todo lo que se pudiera hacer para evitar el frío del alopidol.
Fue un relato de lo que pasaba en cada uno buscando el significado de la víbora, la espada, la lágrima y las jeringas.
Todo entre los tiempos oníricos de un domingo drogado y encerrado en su siesta, pero conectado con la sangre de vivir para amar que unió imagen y palabra dándole tan solo ganas.
Compartir una pared con un mural es como habitar todos en un mismo sueño; se trata de encontrar objetos para ponerlos a convivir y a la vez que estos conviven con nosotros, cada uno ese día sacaba los dibujos de la cabeza como pasando más que recuerdos desde el sueño a la vigilia.